30 años de “El Campito”: sembrando esperanza, transformando vidas

El pasado domingo 31 de agosto, la comunidad de María Madre de la Esperanza, en Villa Corina, celebró con profunda alegría los 30 años de la Casa de la Niña y del Niño “El Campito”. Este espacio, dedicado a la educación no formal, ha sido durante tres décadas un refugio de contención, aprendizaje y amor para niños y familias de los barrios más vulnerables: Villa Corina, Villa Luján, El Dínamo y El Sapito.

Inspirado en el carisma y la espiritualidad de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret, “El Campito” encarna las palabras del Evangelio: “Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron…” (Mt. 25). Cada gesto, cada abrazo, cada merienda compartida, ha sido una forma concreta de vivir esa fe.

La celebración contó con la presencia del Padre Obispo Maxi, las Hermanas, voluntarios, vecinos y toda la comunidad cristiana que, a lo largo de los años, ha hecho de “El Campito” un verdadero hogar. Durante la homilía, el Obispo destacó: “Aquí no se trata de figurar ni de acumular honores, sino de entregar lo mejor de uno mismo a quienes más lo necesitan”.

Conmovido, expresó su gratitud: “Hoy quiero decir gracias, con mayúscula, a las Hermanas de la Caridad que iniciaron este camino y continúan inspirando a tantas generaciones. Gracias a los voluntarios, a quienes con paciencia y dedicación tejieron esta historia de solidaridad. Gracias a todos los que, desde distintos rincones del mundo, ofrecieron su tiempo y entrega para hacer realidad este sueño que hoy es hogar para muchos”.

La jornada fue, sobre todo, una acción de gracias. Un momento para mirar atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza. Que “El Campito” siga siendo tierra fértil donde la semilla del Evangelio florezca en gestos concretos de amor, justicia y dignidad.