Desde el proyecto de extensión Juventudes e inclusión laboral, radicado en la Universidad Nacional de Quilmes, estudiantes y graduados desarrollaron una guía online con consejos para utilizar la Inteligencia Artificial (IA) en la academia. El objetivo es que la tecnología no reemplace el pensamiento humano ni le resuelva problemas, sino que funcione como una herramienta para, por ejemplo, organizar ideas o repasar contenidos. Si bien la IA existe desde hace tiempo, su uso se expandió desde 2022 con el lanzamiento masivo de ChatGPT, producto de la empresa estadounidense OpenAI, y continúa en crecimiento con otros chatbots. Frente a esto, los estudiantes y graduados, que forman parte de un espacio dentro del proyecto que se llama “Usina de ideas”, compartieron sus preocupaciones sobre cómo se puede incluir esta tecnología sin que se vea afectado el trabajo académico y el desarrollo intelectual de los alumnos. La guía está disponible de manera online y gratuita.
En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Rubén Seijo, director del proyecto, cuenta: “Notamos que los principales problemas de los jóvenes a la hora de usar este chatbot son, por un lado, el desconocimiento de la herramienta y su forma de uso ya que no hay una capacitación formal y, por ende, los procesos de aprendizaje son autodidactas e intuitivos. Por otra lado, vemos que se elige tomar el camino fácil que es usar la IA para que resuelva problemas por ellos. Lo que nosotros recomendamos es que se use para que nos ayude a investigar y a buscar información, pero quien tiene que razonar y pensar es el estudiantado“.
Así, la guía propone que el alumno o la alumna mantenga el criterio propio y que, más allá de apoyarse en la IA, las decisiones, reflexiones y conclusiones sean suyas. A su vez, invita a corroborar los datos que otorga la IA con bibliografía académica confiable y citada correctamente, así como también dar indicaciones precisas al chatbot para disminuir lo más posible la cantidad de errores. Ya quedó demostrado según distintos estudios que estas tecnologías, en ocasiones, inventan autores o libros con el fin de dar una respuesta al usuario, a la vez que tienen sesgos geográficos o de género, por lo cual que se vuelve necesaria la capacidad crítica y reflexiva de este.
Asimismo, la guía aconseja comparar aquello que dice la IA con otras tecnologías similares y con profesores, explorar nuevas perspectivas de análisis sin dejar de lado la originalidad del estudiante, y declarar el uso del chatbot para mantener la honestidad académica. Como última recomendación, la guía propone que no se piense a la IA como una herramienta individual sino como una grupal que requiere lineamientos y criterios comunes.
Seijo cuenta a la Agencia que la guía se creó gracias a los aportes de más de 50 alumnos de distintas carreras que desean enriquecer las prácticas de estudio sin dejar de lado las nuevas tecnologías. A su vez, este proyecto pone el ojo en la inclusión de la IA en el ámbito laboral. El director afirma: “El principal problema detectado es que un porcentaje pequeño de las organizaciones que implementaron IA no están realizando las capacitaciones necesarias para su implementación. Se necesita formación técnica, pero también, capacitación en habilidades socioemocionales ya que la implementación de estas tecnologías implica un fuerte cambio cultural“.




