En un cierre de año marcado por altos niveles de estrés, fatiga emocional y aumento de consultas vinculadas a ansiedad y agotamiento, la meditación emerge como una de las prácticas de bienestar que más creció en Argentina en los últimos años. Según la última encuesta global de Voices/WIN, el 41% de los argentinos afirma meditar, frente al 26% que lo hacía en 2018: un incremento del 60%, que ubica al país entre los que más adoptaron la práctica en el mundo.
Este fenómeno coincide con otro dato que preocupa: el incremento del 47% en indicadores asociados al malestar emocional en adolescentes, según consultas relevadas por organizaciones dedicadas al acompañamiento familiar. La combinación de agotamiento adulto, alertas en salud mental juvenil y la llegada de un diciembre que acelera todo —cierre de ciclos, presión económica, balances, expectativas familiares— genera un escenario donde muchas personas buscan alternativas para bajar el nivel de cortisol y recuperar bienestar.
Para Beatriz Goyoaga, referente internacional en manejo del estrés y fundadora de El Arte de Vivir en Argentina, hay un cambio cultural en marcha:
“Las personas están saturadas. Llegan a fin de año con el cuerpo tenso y la mente acelerada. No buscan desconectarse del mundo, buscan reconectarse consigo mismos. La meditación es hoy una herramienta real para manejar la ansiedad sin depender únicamente de medicación”.
Qué dicen los datos: quiénes meditan, por qué y para qué
La encuesta de Voices/WIN muestra tendencias clave:
- En Argentina meditan más los adultos de 50 a 64 años (49%) —lo opuesto a la tendencia global, donde lideran los jóvenes.
- CABA encabeza la práctica, con un 49% de meditadores, seguida por el GBA (42%) y el interior del país (40%).
- Los sectores con mayor nivel educativo y socioeconómico son los que más meditan: 48% en personas con estudios universitarios y 55% en el segmento ABC1.
- El 22% de quienes meditan regularmente experimenta estrés frecuente, el 20% preocupación excesiva y el 22% síntomas de depresión o soledad.
- La práctica aparece como un recurso concreto para personas con insomnio, fatiga, burnout y ansiedad.
- La meditación crece incluso en perfiles no asociados al “bienestar tradicional”: el 22% de fumadores y bebedores habituales también la practica.
“La meditación dejó de ser una moda o una práctica alternativa”, continúa Goyoaga.
“Hoy es un recurso de salud mental respaldado por la ciencia y adoptado por quienes necesitan herramientas inmediatas para bajar el estrés, mejorar el sueño, regular emociones y reconectar con su bienestar”.

Meditación: accesible, simple y científicamente efectiva
Según estudios internacionales, meditar solo 10 minutos al día puede:
- reducir cortisol,
- mejorar la regulación emocional,
- disminuir síntomas de ansiedad,
- mejorar el sueño,
- aumentar la concentración,
- y reforzar mecanismos de resiliencia.
Goyoaga resume: “Meditar no es desconectarse: es aprender a parar. Y hoy es una habilidad tan necesaria como saber trabajar, estudiar o manejar una crisis”.
Navidad sin ansiedad: cómo proteger tu bienestar emocional
Goyoaga comparte tres prácticas posibles para este fin de año:
- Micro-pausas de 2 minutos para cortar el estrés acumulado.
- Respirar antes de responder para evitar discusiones familiares.
- Bajar expectativas: no hay Navidad perfecta, hay Navidad posible.
Meditación masiva en Palermo – 21 de diciembre
En el marco del Día Mundial de la Meditación, miles de personas se reunirán el 21 de diciembre en los Bosques de Palermo para una jornada gratuita y abierta a toda la familia. Habrá música en vivo, propuestas gastronómicas, actividades recreativas y una práctica guiada que busca promover la salud mental y el bienestar en un año especialmente desafiante.
Un movimiento creciente
Argentina forma parte del grupo de países con mayor incremento en la práctica, junto con India, México, Estados Unidos y Filipinas. La meditación se consolida como una herramienta transversal, utilizada por personas con estilos de vida muy diferentes pero con un denominador común: la búsqueda urgente de bienestar emocional.
“El estrés no es solo una palabra de moda: es una reacción fisiológica concreta. Cuando no sabemos gestionarlo, el cuerpo entra en un estado de alerta permanente. Por eso llegamos a diciembre cansados, irritables, con ansiedad o insomnio”, explica Beatriz Goyoaga Coordinadora e Instructora del Arte de Vivir




