Abono Aventura, un videojuego que fomenta el reciclaje, el compostaje y la educación ambiental

El usuario encarnará al personaje Renato, que deberá identificar y recolectar residuos para hacer un compost. Créditos: Abono Aventura.

En Argentina cada persona genera 1,15 kilos de basura por día, lo que representa unas 49.300 toneladas diarias y cerca de 18 millones de toneladas al año. Una de las principales respuestas que pueden darse para la gestión de estos residuos es el reciclaje, y a eso apunta “Abono Aventura”. Se trata de un videojuego creado por estudiantes de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora que explica y promueve el hábito del compostaje a niños y niñas de entre 8 y 12 años. Además, busca saciar uno de los aspectos de la Ley de Educación Ambiental Integral, que establece la incorporación de estas temáticas en las aulas a través de herramientas didácticas accesibles y atractivas. El videojuego será lanzado el próximo 1° de diciembre.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQMartiniano Gorosito, coordinador y programador de Abono Aventura, cuenta: “Hablar de compostaje es hablar de una práctica doméstica concreta que reduce residuos, cierra ciclos y mejora la salud del suelo. Sin embargo, en la región persiste la percepción de que los desperdicios orgánicos son ‘basura’ y de que el compostaje es difícil, poco atractivo o que solo se puede hacer en grandes espacios. Mostrar, a través del videojuego, que buena parte de lo que se tira tiene valor, es clave para cambiar comportamientos. Buscamos transformar el proceso del compostaje domiciliario en una experiencia lúdica y narrativa”. Abono Aventura fue creado durante la materia Diseño Multimedia, bajo la tutoría de los profesores Sebastián Violante y Marcelo Ostres. https://www.youtube.com/embed/tjbqIs3ayts?feature=oembed La historia parte de un vecino villano, llamado Don Basurín, que arroja grandes cantidades de residuos al suelo y Renato (guiado por el jugador), con la ayuda de su abuelo Bosco, debe identificar, recolectar y procesar residuos orgánicos para convertirlos en abono. El resultado se vuelve visible cuando las flores crecen en el jardín.

Además, los creadores Julieta Gil, Martiniano Gorosito, Enzo Gamarra y Daniel Martos parten de la premisa que las infancias pasan horas frente a las pantallas y hay que aprovechar ese tiempo para que aprendan. “A diferencia de contenidos pasivos, Abono Aventura plantea tareas interactivas, como reconocer, clasificar y proteger el compost; retroalimentación inmediata al ver la calidad del compost; y refuerzos emocionales, como el elogio de su abuelo y ver crecer plantas. El juego se apoya en la narrativa y la emoción: la relación con Bosco y la sensación de logro convierten la enseñanza en una experiencia memorable, lo que aumenta la probabilidad de que el niño repita la conducta fuera del juego”, detalla.A su vez, el juego se vincula con la Ley de Educación Ambiental Integral al ofrecer una herramienta concreta, atractiva y accesible para trabajar contenidos ambientales en las aulas de nivel primario. “El videojuego combina aprendizaje y juego para enseñar sobre compostaje y gestión de residuos orgánicos, y convierte un tema complejo en una actividad práctica y lúdica. Además, está en desarrollo un sitio web complementario con guías y actividades para docentes, de modo que las escuelas puedan integrar la experiencia digital con prácticas reales de compostaje dentro o fuera del aula”, relata Gorosito a la Agencia.

En Argentina cada persona genera 1,15 kilos de basura por día, lo que representa unas 49.300 toneladas diarias y cerca de 18 millones de toneladas al año. Una de las principales respuestas que pueden darse para la gestión de estos residuos es el reciclaje, y a eso apunta “Abono Aventura”. Se trata de un videojuego creado por estudiantes de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora que explica y promueve el hábito del compostaje a niños y niñas de entre 8 y 12 años. Además, busca saciar uno de los aspectos de la Ley de Educación Ambiental Integral, que establece la incorporación de estas temáticas en las aulas a través de herramientas didácticas accesibles y atractivas. El videojuego será lanzado el próximo 1° de diciembre.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQMartiniano Gorosito, coordinador y programador de Abono Aventura, cuenta: “Hablar de compostaje es hablar de una práctica doméstica concreta que reduce residuos, cierra ciclos y mejora la salud del suelo. Sin embargo, en la región persiste la percepción de que los desperdicios orgánicos son ‘basura’ y de que el compostaje es difícil, poco atractivo o que solo se puede hacer en grandes espacios. Mostrar, a través del videojuego, que buena parte de lo que se tira tiene valor, es clave para cambiar comportamientos. Buscamos transformar el proceso del compostaje domiciliario en una experiencia lúdica y narrativa”. Abono Aventura fue creado durante la materia Diseño Multimedia, bajo la tutoría de los profesores Sebastián Violante y Marcelo Ostres. https://www.youtube.com/embed/tjbqIs3ayts?feature=oembed La historia parte de un vecino villano, llamado Don Basurín, que arroja grandes cantidades de residuos al suelo y Renato (guiado por el jugador), con la ayuda de su abuelo Bosco, debe identificar, recolectar y procesar residuos orgánicos para convertirlos en abono. El resultado se vuelve visible cuando las flores crecen en el jardín.

Además, los creadores Julieta Gil, Martiniano Gorosito, Enzo Gamarra y Daniel Martos parten de la premisa que las infancias pasan horas frente a las pantallas y hay que aprovechar ese tiempo para que aprendan. “A diferencia de contenidos pasivos, Abono Aventura plantea tareas interactivas, como reconocer, clasificar y proteger el compost; retroalimentación inmediata al ver la calidad del compost; y refuerzos emocionales, como el elogio de su abuelo y ver crecer plantas. El juego se apoya en la narrativa y la emoción: la relación con Bosco y la sensación de logro convierten la enseñanza en una experiencia memorable, lo que aumenta la probabilidad de que el niño repita la conducta fuera del juego”, detalla.

A su vez, el juego se vincula con la Ley de Educación Ambiental Integral al ofrecer una herramienta concreta, atractiva y accesible para trabajar contenidos ambientales en las aulas de nivel primario. “El videojuego combina aprendizaje y juego para enseñar sobre compostaje y gestión de residuos orgánicos, y convierte un tema complejo en una actividad práctica y lúdica. Además, está en desarrollo un sitio web complementario con guías y actividades para docentes, de modo que las escuelas puedan integrar la experiencia digital con prácticas reales de compostaje dentro o fuera del aula”, relata Gorosito a la Agencia.

Por Luciana Mazzini Puga